Acercamiento a la inclusión
Para un primer acercamiento a la noción de inclusión,
resulta conveniente definir la acción “incluir”, que en el lenguaje coloquial significa
incorporar, insertar, introducir, integrar o englobar algo o a alguien dentro
de un espacio o determinada condición. Usualmente, el término inclusión se
utiliza como sinónimo de inserción para referirse a situaciones en las cuales
se incorpora a un individuo en un grupo cuando éste, por determinado motivo o circunstancia,
no ha logrado ingresar en él, y se encuentra en una situación de exclusión, que
lo “deja afuera” o “al margen” de ciertos beneficios sociales o de un grupo
social específico.
Los términos inclusión e inserción registran un uso muy
frecuente en el ámbito social, ya que es justamente a través de ellos que se da
cuenta de la acción de incorporar e integrar a una persona en una actividad,
grupo social, sector, comunidad y en la propia sociedad. La inserción, menciona
Redondo Toronjo, se ha convertido en piedra angular de la mayoría de las
políticas sociales; y en los últimos años, la inserción en lo económico ha
adquirido importancia como forma fundamental de lucha contra el desempleo, particularmente
en los países ricos, “toda vez que el empleo se sigue considerando como medio
de integración social y cuando falla el mismo, o se desarrolla en situaciones
de precariedad, la persona queda en situación de vulnerabilidad y a las puertas
de la exclusión”.
En general, el término inclusión es poco preciso; sus usos
van desde la consideración como derecho social; como elemento de las estructuras
sociales, políticas o económicas; como base ética de la cohesión social, o como
nueva concepción de la participación en la vida económica.
Si bien los seres humanos son formados para vivir en sociedad e interactuar con sus pares en diversos ámbitos, es una realidad que existen muchos individuos que por distintos factores se hallan en una situación de exclusión; entre ellos, aquellas personas que por no disponer de recursos necesarios quedan sin acceso a la educación, o por falta de ésta se les di culta encontrar trabajo, lo cual genera una situación de exclusión y, en consecuencia, falta de oportunidades económicas y sociales.
La respuesta lógica ante un problema de exclusión sería la
inclusión, entendida como una aspiración, una política pública, una exigencia
dentro de una sociedad incluyente, en la que todos sus miembros ejercen sus
derechos sociales y, por tanto, ninguno es marginado o desfavorecido. La
inclusión responde, desde esta lógica, a la pluralidad de las personas, pero
sobre todo a las diferencias individuales, entendiendo que la diversidad no es
un problema, sino una oportunidad para promover la incorporación y la participación
de la sociedad en la economía, en la educación, en el trabajo y, en general, en
todos los procesos sociales.
La inclusión responde, desde esta lógica, a la pluralidad
de las personas, pero sobre todo a las diferencias individuales, entendiendo
que la diversidad no es un problema, sino una oportunidad para promover la
incorporación y la participación de la sociedad en la economía, en la
educación, en el trabajo y, en general, en todos los procesos sociales.
El fin es lograr una sociedad más equitativa, que beneficie a las personas independientemente de su condición, haciendo ajustes permanentes para permitir la participación de todos y valorando el aporte de cada persona. El pluralismo juega un papel fundamental en las sociedades actuales. Para empezar, esta categoría designa un hecho: la diversidad social y cultural, como un elemento integrador de la sociedad. John Rawls llama “hecho del pluralismo” a la pluralidad intrínseca a cualquier cultura, y señala que en cada sociedad existen diferencias y tensiones en las creencias y visiones de mundo de las personas, lo que permite vislumbrar el pluralismo en cada uno de los engranajes que componen la teoría de la justicia, como el elemento imperante y factor unificador y de bienestar social.
A lo anterior, se debe agregar un conjunto de identidades provenientes de las lenguas, etnias, edades, sexos, clases, nacionalidades y personalidades. La gran familia humana es diversa, como lo establece la Declaración Universal de Derechos Humanos en su Preámbulo, y también lo es cada orden social. Pero el pluralismo no solamente designa un hecho constatable, la pluralidad, sino también una aspiración ética ligada al desarrollo humano y, por tanto, al desarrollo de las capacidades y al ejercicio de las libertades.
- Inclusion Laboral en Mexico, avances y retos, http://www.stps.gob.mx/bp/gob_mx/Libro-Inclusion%20Laboral%20en%20Mexico-Avances%20y%20retos%20version%20digital.pdf
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